jueves, 18 de julio de 2019

El Currículo Nacional y las TIC (Artículo)

El Currículo Nacional y las TIC


Artículo del Equipo Educared -Noviembre 2019-

Desde el presente año, en una muestra importante de escuelas primarias, se aplica el Currículo Nacional de la Educación Básica. Esta importante herramienta pedagógica fue aprobada Resolución Ministerial Nº 281-2016-Minedu. En el 2017, su contenido sufrió algunas modificaciones contenidas en la Resolución Ministerial Nº1 159-2017-Minedu.
En el documento y en los programas de estudio correspondientes a los tres niveles de la educación básica, se definen los aprendizajes que los estudiantes deben adquirir en cada una de las áreas de formación, ciclos y grados de enseñanza. Asimismo, se proporcionan orientaciones para la diversificación, la evaluación, el uso de metodologías, didácticas y materiales educativos.
Hay contenidos para las competencias de cada una de las áreas de formación, así como para dos competencias de carácter transversal que se relacionan con el uso de las nuevas tecnologías y el desarrollo de capacidades de gestión de los aprendizajes de manera autónoma.
La competencia asociada al empleo de las nuevas tecnologías se denomina: “Se desenvuelve en entornos digitales generados por las TIC” y busca la adquisición de cuatro capacidades:
  • Personaliza entornos virtuales
  • Gestiona información del entorno virtual
  • Interactúa en entornos virtuales
  • Crea objetos virtuales en diversos formatos
Para la competencia se han establecido estándares de logro y desempeños que están organizados por grados y ciclos. Por tanto, se van alcanzando progresivamente, a medida que se avanza en escolaridad.
Lograr esta competencia será posible en la medida en que haya equipamiento en las aulas para trabajar con las TIC y que haya capacitación y acompañamiento para el docente. Sin estas condiciones será difícil lograr los estándares y desempeños que plantea el Currículo Nacional. Si bien se ha avanzado en la dotación de software para las escuelas primarias y secundarias, es aún largo el camino para dotar a todas las escuelas de este equipamiento, Internet y material educativo digital. Pero lo más importante es que no solo la capacitación tiene que poner énfasis en el desarrollo de esta competencia digital, sino que los programas de formación inicial de docentes tienen que modernizar sus contenidos e incluirla como un componente esencial.
De las TIC se espera mucho como apoyo a la enseñanza aprendizaje. Por ello no hay que improvisar y hay que ser perseverante. Hay que evitar el fracaso de proyectos como el Programa Huascarán y otros que han demandado cuantiosas inversiones sin mayor aporte o impacto académico. Emprender un proyecto de esta naturaleza debe estar sustentado en el respaldo de evidencias de que funcionará, tener un excelente soporte de gestión, prever la capacitación necesaria y pertinente, así como el soporte de acompañamiento.
La alianza entre el Estado, Las Empresas y la Academia es fundamental para alentar el desarrollo de buenas prácticas y buscar iniciativas que sean factibles en función de las realidades geográficas, culturales, sociales y económicas del país. El Estado solo no podrá hacerlo.

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